El mercado del alquiler vuelve a tener demanda tras la crisis sanitaria. Muchos han descartado por el momento la compra de una vivienda priorizando el alquiler. No obstante, la incertidumbre que el COVID-19 ha generado también es un factor a tener en cuenta antes de ceder en alquiler una vivienda. Cuatro son las cuestiones que el casero debe plantearse.

¿Cómo puedo saber si es solvente el potencial inquilino?

El proceso de búsqueda de un potencial arrendatario no puede obviar el impacto económico de la pandemia. Hay muchos trabajadores en un ERTE, otros que temen perder su trabajo, y un buen número de autónomos atravesando dificultades. Por ello, antes de firmar el contrato de alquiler, conviene que el inquilino y sus familiares acrediten su solvencia.

Para conocer la solvencia puede pedirse a los candidatos el contrato de trabajo, las últimas nóminas y su declaración del IRPF. De esta manera sabremos su nivel de ingresos, si tienen contrato indefinido, si están embargadas sus nóminas o si están en un ERTE. Si alguno es autónomo deberán solicitarse sus restantes declaraciones fiscales. Consultar algún registro de morosos para descartar que tengan deudas es también una posibilidad.

¿Qué garantías adicionales a la fianza puedo exigirle al inquilino?

La vigente ley arrendaticia limita a dos mensualidades de renta las garantías adicionales que se pueden exigir al inquilino. Algunos arrendadores, especialmente los que alquilan su vivienda amueblada, consideran insuficiente dicha garantía y la fianza. No solo ante un hipotético impago, sino también frente a los desperfectos que un mal inquilino pueda ocasionarles.

No obstante, hay posibles alternativas. Firmar el contrato de alquiler por un plazo superior al mínimo legal permitirá exigir más garantías. No en vano, el límite de dos mensualidades está previsto únicamente para alquileres de hasta cinco años de duración. Pedir al inquilino que busque una persona solvente para que sea su fiador solidario es otra opción. Y exigir al inquilino que firme el contrato junto con su mujer o pareja solidariamente otra solución.

¿Debo incluir en el contrato de alquiler previsiones ante un rebrote del Covid-19?

La evolución de la pandemia es a día de hoy una incógnita, dado que se desconocen todavía muchos aspectos del COVID-19. Por ello los expertos especulan acerca de si es o no posible un rebrote del virus. Cuestión relevante por las consecuencias económicas que dicha circunstancia podría tener para el posible inquilino.

La inclusión en los futuros contratos de alquiler de previsiones frente a un rebrote es muy aconsejable en los alquileres de local de negocio. En los de vivienda será útil si al inquilino le sobreviene una situación de grave necesidad que habrá que delimitar. Concretar medidas que faciliten el pago de la renta al inquilino y eviten el desahucio, en tal caso, puede tener interés.

¿Podré desalojar al inquilino en un tiempo razonable si no me paga?

El colapso de la justicia es uno de los efectos colaterales del COVID-19 que más preocupa a los propietarios. El incremento de la litigiosidad y el retraso que acumulan los juzgados tras el confinamiento, podrían dilatar los conflictos prolongando situaciones de indefensión.

El procedimiento de desahucio, debido a la falta de medios en los juzgados, se prolonga en muchos casos cerca de un año hasta conseguir el definitivo desalojo del inquilino moroso. Situación que podría demorarse aún más tras el COVID-19. Por ello, conviene que el propietario se esmere en la elección de un buen inquilino, exigiéndole solvencia y garantías para minorar los riesgos.